Estos perros son entrenados en conducta y emocionalidad para convertirse en mascotas de compañía con rutinas establecidas que eviten nuevamente su abandono.

Con caricias, trucos y gestos de sociabilidad, ellos ayudan a que las personas liberen cortisol, la hormona del estrés, que por estos días de encierro ha aumentado.

El promedio de vida de un perro es de 12 años y de una gato de entre 18 y 20 años.

Fuente: TeleMedellín
Nuestras mascotas y el estado de ánimo, ¿cómo influyen?

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